7.9.05

Summer Of Love


Victor Moscoso




“¿Vas a Liverpool? No hay mucho Arte allí…”. Así me advertía un amigo en las artes plásticas mientras paseábamos por “Open Systems, Rethinking Art c.1970” en la Tate Modern de Londres, llena de objetos anti-Arte que han acabado siendo Gran Arte. Al día siguiente y en la ciudad negrera por antonomasia (suerte que nacieron los Beatles para difuminar esa lacra), la división liverpoodiana de esa misma Tate abría sus puertas para un paseo por el “Summer Of Love” (el de 1967), aquella corta fase de la cultura donde el arte popular, aplicado o como quiera llamárselo, ocupó el panorama de lo visual, no tanto por su “dominancia” cuanto por su innegable novedad y su intencionada estridencia. Un panorama seguramente algo distorsionado e impredecible. No en vano esto se llamo Psicodelia.

Bien mirado, junto al ticket para esta exposición la Tate quizás debiera entregar una esquinita de LSD: todo lo que se encuentra tras la Entrada responde directa y explícitamente a la experiencia con las drogas psicotrópicas que hicieron su aparición publica a principios de los 60 y hasta 1966 eran perfectamente legales. Hoy no lo son, aunque a los jóvenes les ha dado siempre lo mismo y han llegado a recrear (modificada) esa experiencia psicodélica en los raves techno-house que nacieron a principios de los años 90.

Pero aquí estamos de lleno en los 60, más exactamente a mitad de la década.
Mientras los rockers americanos de los 50 aspiraban básicamente a tener un coche el fin de semana como gritaba Eddie Cochran en “Summertime Blues” y los poppies amantes de los Beach Boys o los Ventures iban poco más allá de cabalgar las olas en California, la psicodelia, esta primera psicodelia, insistía en dejar todo eso atrás, la renuncia al consumismo, el regreso pasado por la tecnología a ese componente rural siempre latente en las sociedades anglosajonas. E incluso ir más allá, hasta las orillas del Zen, de la mediación chamánica o del misticismo hindú. Hacia la experiencia trascendental.

Entre el Dharma y el Fluorescente

La Psicodelia es un fenómeno complejo. Si seguimos a Dave Hickey, tal fenómeno vino generado por tres generaciones o, por mejor decir, una sucesión de hermanos en la misma familia. Los mayores serían los Beatniks, desde Jack Kerouac (el más mítico) hasta Gregory Corso o Allen Ginsberg (el más popular). Ellos descubrieron las drogas, abrieron el camino del despojamiento, el alejamiento de lo que aún no se conocía como “espectacularización” pero si como “condicionamiento” (social, sexual, laboral…), cuando nacían la teoría de la comunicación moderna con McLuhan o la anti-psiquiatría con Ronald D. Laing.

Los más pequeños serían esos hippies fosforescentes, sonrientes y de mirada conmovedoramente atontolinada que vemos en las fotografías de la época. Post-adolescentes que vivieron y protagonizaron aquella gran ceremonia como gran multitud, pero no crearon su estética. Ellos la recibieron y la propagaron en los años setenta en forma de Kosmische Musik alemana, de una parte del Glam, de grupos ingleses como Gong o Hawkwind… Pero entonces, en el verano de 1967, aun no eran generadores sino espectadores alucinados.

Quienes imaginaron esta estética fueron los hermanos medianos. En primer lugar, los creadores de la música, centro y eje alrededor del cual gira el 90% de esta exposición. Y con ellos sus amigos que organizaban los conciertos, diseñaban los carteles, la ropa, las proyecciones de luz, las carpetas, las decoraciones … En realidad esta generación, entre los beatnics y los hippies es la protagonista de esta exposición, los creadores de la “Imagen Psicodélica”.

Calle y Color

La primera llamada de atención surgía en plena calle. En Londres o San Francisco el público transeúnte comenzó a ver unos posters anunciando actuaciones de grupos desconocidos como Pink Floyd o Grateful Dead (junto a proyecciones de cine de Kenneth Anger o sesiones poéticas en torno a Ginsberg) que casi materialmente saltaban de las paredes donde estaba pegados.

Esos posters no se atenían a las reglas aceptadas. Por ejemplo, tendían a situarse en el límite de la legibilidad. Las letras se retorcían, fluían y llegaban a formar ramos de flores, decoraciones abstractas entre orientaloides y medievales… Otro factor chocante era el color chillón, el uso de contrastes extremos tomados de las teorías del color de Josef Albers que hacían vibrar los carteles y materialmente les hacían saltar a la vista desde un fondo gris dominado por grafismos dominados por la geometría y por una monotonía abrumadora. Cualquier que viera un ejemplar de Michael English, Stanley Mouse, Víctor Moscoso o Hapshash and the Coloured Coat, debía entender que esos parties del UFO londinense o del Fillmore californiano eran otra cosa… Exactamente lo que andaba buscando el joven post-adolescente lanzado a descubrir nuevos mundos tras haber comprado y escuchado alguno de esos discos (ahora elepés) cuyas portadas desplegaban una estética semejante.

El templo caleidoscópico

La siguiente impresión, el cumplimiento de la promesa, llegaba en el club, cuando se contemplaban las decoraciones, por lo general efímeras y cuando todo hacia explosión al comenzar el grupo y su correspondiente show visual. Las proyecciones de luces no eran algo menor ni simple. Una parte de las mismas consistía en las proyecciones liquidas desarrolladas en 1952 por Seymour Lachs. Además, se proyectaban películas o bucles, quizás influidas por “Flicker” del minimalista Tony Conrad, un antecedente de los estroboscopios que también eran utilizados en estos “light shows”. Una compañía como el Joshua Light Show podía constar de ocho personas encargada cada una de diferentes aparatos y los asombrosos resultados pueden contemplarse hoy en clips televisivos de grupos como Jefferson Airplane.

Finalmente y además de las fascinante alucinaciones urbanístico-edilicias de Archigram, podemos hablar de los testimonios fotográficos de la época y también de las revistas. Es lo que nos queda de un arte básicamente efímero y funcional, pero son imágenes potentes y reveladoras.

Como puede sospecharse, el transcurrir por las salas de la Tate Liverpool es un asalto a los sentidos, una sucesión de “orgasmos retinianos” (expresión de la época). La acumulación de estímulos quizás no sea tan efectiva como cuando alguno de estos artefactos surgía aislado en el todavía encorsetado contexto de su época, cuando cada cartel era una aparición y cada concierto una experiencia única y distinta.

Desde un punto de vista formal y además de las exploraciones en el color de Albers o en la óptica de Bridget Riley, las fuentes de inspiración de estos grafismos o pinturas deben buscarse en el Art Nouveau, el Orientalismo, gente como Audrey Beardsley o William Blake… Formas que tendían a escapar del marco mas o menos racionalista-simbólico del academicismo.

No es que no hubiera artistas “puros” implicados en esta aventura. En Inglaterra, gente como Richard Hamilton se acercaron a la movida de la misma forma que lo haría Adrian Piper en Estados Unidos. Por no hablar de Andy Warhol y su Exploding Plastic Inevitable, esa contraimagen del hippismo que utilizaba muchas de las técnicas de la psicodelia, como un recordatorio quizás violento y cínico pero muy lúcido de que ningún verano consiste solo en amor.

El contacto fue mucho más intenso en países donde la superación de las barreras entre el arte y la vida había calado algo más allá del círculo casi falanstérico (y machista) de Ken Kesey en California o los mítines populistas y neo-paganos de un Thimothy Leary, el guru académico del ácido. En Alemania pudo abrirse el Creamcheese de Düsseldorf, con la participación de artistas como Gunther Uecker, Gerhard Richter o Heinz Mack, junto a los primerísimos Tangerine Dream y el que luego sería uno de los galeristas mas importantes de Europa, Paul Maenz.

Contrarte

Con todo, el arte psicodélico iba a contracorriente del gran Arte que se practicaba por entonces, dominado aun por el minimalismo, el conceptual y el Pop. Según Christoph Grunenberg: “El arte psicodélico adopta muchas formas estilísticas, aunque se da una tendencia hacia la expresión maximalista de visiones cosmológicas a través de diseños abstractos formalmente complejos y obsesivamente detallados”. Era la oposición entre el espíritu apolíneo y controlado de los artistas de galería y el dionisiaco y exaltado de estos artistas de la calle.

Pero la psicodelia no solo tenía un aspecto formal, sino unas aspiraciones sociales y espirituales. Nos encontramos en plena guerra del Vietnam, en pleno desencanto consumista, al borde mismo de Mayo del 68, en el seno de una convulsión que sacudiría sobre todo a la aún victoriana sociedad británica y a la entonces plenamente autosatisfecha sociedad norteamericana.

Antes hablábamos del Condicionamiento, del que se había tomado conciencia gracias a pensadores como el ya mencionado McLuhan o también Aldous Huxley. Ellos ofrecieron el diagnóstico, pero gracias a Burroughs y a sus posturas y obras fue posible imaginar el descondicionamiento. A partir de ahí la interpretación e intención de la experiencia y el arte psicodélicos varían mucho. Por limitarnos a un pequeño entorno, el del grupo “Inside the Dream Syndicate”. Mientras Lamonte Young pensaba que su música protominimalista tenía un efecto en el sentido espiritual y religioso, Tony Conrad, consideraba esos efectos espirituales en lo absoluto iluminadores sino como ataques agresivos contra los formatos culturales del arte establecido. Para Conrad, la visión de su ex-colega era escapista y conservadora. La suya, progresista y confrontacional.

Al poco tiempo, poco mas de año y medio, la estética psicodélica ocupaba ya plaza en los grandes almacenes y calles como Abbey y Kings Road o barrios como Haight Ashbury en San Francisco comenzaron a ser pasto de turistas, de inútiles colgados y de comerciantes listos. La Psicodelia originaria, la que dio lugar a copias y citas que llegan hasta nuestros días, pasó muy rápidamente. No podía ser de otra forma, una intensa flor de verano.


Anonimo dice:

Arthur LOVE said...

Olvídate de KAKA DE LUXE
porque hoy dicen que está out
Syd Vicious ha muerto y a Ramoncín
ya lo van a disecar
Tira tu imperdible a la basura
disponte para la moda futura
hay que ser amables y buenos chicos
pues la sicodelia es el nuevo ciclo
SE UNA CHICA DE HOY
VE Y PREDICA EL AMOR
AUNQUE SEAS DE PLASTICO Y NO LO ENTIENDAS
PUEDES DAR EL PEGO EN CUALQUIER REUNION
SE UNA CHICA DE HOY
DESCUBRE A COUNTRY JOE
RECUERDA A PARIS EN EL MES DE MAYO
SEGURO QUE NO SABES QUE ES LA REVOLUCION
¿Quieres ser moderna?. Pregúntale
a tu hermana la mayor
dile que te hable de Monterrey
de San Francisco y de Dios
Mola mucho hacerse el iluminado
viajar a Lhasa desde algún album
lo único decente en esta locura
es el rostro firme de Andy Warhol
SE UNA CHICA DE HOY
SIGUE EN LA DIRECCION/
QUE TE VA MARCANDO TU (EL) KALI-YUGA
YA TOCARAS FONDO ALGUNA VEZ
SE UNA CHICA DE HOY
PONTE GAFAS DE SOL
RESTRIEGA TU PUBIS CONTRA LA ACERA
MEATE EN EL METRO Y PIERDETE, PIERDETE,
HARE HARE, RAMA RAMA,
KRISHNA KRISNA, PENTAGRAMA.

2 comments:

Anonymous said...

Olvídate de KAKA DE LUXE
porque hoy dicen que está out
Syd Vicious ha muerto y a Ramoncín
ya lo van a disecar
Tira tu imperdible a la basura
disponte para la moda futura
hay que ser amables y buenos chicos
pues la sicodelia es el nuevo ciclo
SE UNA CHICA DE HOY
VE Y PREDICA EL AMOR
AUNQUE SEAS DE PLASTICO Y NO LO ENTIENDAS
PUEDES DAR EL PEGO EN CUALQUIER REUNION
SE UNA CHICA DE HOY
DESCUBRE A COUNTRY JOE
RECUERDA A PARIS EN EL MES DE MAYO
SEGURO QUE NO SABES QUE ES LA REVOLUCION
¿Quieres ser moderna?. Pregúntale
a tu hermana la mayor
dile que te hable de Monterrey
de San Francisco y de Dios
Mola mucho hacerse el iluminado
viajar a Lhasa desde algún album
lo único decente en esta locura
es el rostro firme de Andy Warhol
SE UNA CHICA DE HOY
SIGUE EN LA DIRECCION/
QUE TE VA MARCANDO TU (EL) KALI-YUGA
YA TOCARAS FONDO ALGUNA VEZ
SE UNA CHICA DE HOY
PONTE GAFAS DE SOL
RESTRIEGA TU PUBIS CONTRA LA ACERA
MEATE EN EL METRO Y PIERDETE, PIERDETE,
HARE HARE, RAMA RAMA,
KRISHNA KRISNA, PENTAGRAMA.

Anonymous said...

Hacía tiempo ya que no me pasaba por este lugar. Qué puedo decir, cada vez que entro salgo como una esponja empapada. Entrar a leer aquí es como hacerlo en una biblioteca, pero mucho más cómodo :-)
Sin más que añadir. Un saludo y prosiga con esta emocionante labor de ilustrar al (i)respetable.

PB2000.