4.3.05

Por un Puñado de Libras



Damien Hirst Thousand Years 1990

En 1990 Damien Hirst, líder indiscutido de una nueva generación de artistas británicos mostraba “Mil Años” una caja de cristal donde se contenían larvas de moscas que al nacer volaban a otra cámara atraídas por un trozo de carne. Allí morían achicharradas por un matamoscas electrónico.

Algo había de simbólico en este trabajo que constituyó el primer escándalo clamoroso de Hirst. ¿No representaba la fugacidad del “young British art”, atraído por los poderes que son desde su eclosión del capullo, incendiadas sus alas por el sol de esos poderes, su fin más abrupto y cercano de lo que cabría esperar?

En estos cinco lustros ha sucedido de todo. Los alumnos de la academia Goldsmith saltaron desde las aulas a la fama y a la colección del publicista conservador Charles Saatchi. Luego llegaron a los principales museos del mundo. Los precios subían, los premios Turner se agolparon, los precios subían, el escándalo no cesaba, los precios subían… Sin embargo, hace un par de años las cosas empezaron a torcerse. Todo comenzó con una dura bronca entre Saatchi y Hirst, este último muy descontento sobre como se había montado la exposición inaugural de la nueva y suntuosa galería del coleccionista. Hirst decidió recomprar su propia obra a Saatchi, con bronca incluida.

Hace un año se produjo un fuego en los almacenes de conservación Momart que se llevó por delante trabajos tan emblemáticos como la Tienda donde Tracy Emin había puesto los nombres de todas las personas con las que había “dormido”, el tremebundo “Infierno” de los hermanos Chapman, trabajos de Sarah Lucas, Gary Hume o Craigie Horsfield… Solo de Hirst se perdieron 16 obras. Una catástrofe en toda la regla. Hay quien diría un símbolo.

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El resto del texto, para no inflar esto mucho se encuentra Aquí

2 comments:

Gurb said...

La glorificación de los yBa coincide, no tan sorprendentemente con la de Brit Pop (Oasis, Blur, Pulp etc.). Se trataba de un repunte nacionalista-moderno, la nostalgia imposible del “swinging London” en una sociedad cada vez menos solidaria y que culminó en la invitación de unos y otros (artistas y músicos) a Downing Street invitados por un Tony Blair que deseaba homenajear a los “triunfadores”. joder, vaya con el textito...

de todasd formas me mola más la estatua de la tronca nariguda rascandose el culo.

por lo demas, no deja usted de sorprenderme con sus blogs.

Anonymous said...

he quedado achicharrada, esto esta tres INteresaNT, saludos distinguido señor, me encanta su blog