13.1.05

Mehr 2004 (some hip, some hop)

Madvillainy
Madvillain

Tras el merecido pero increíble éxito de Outkast, el mundo del hip-hop se volvió a estremecer por uno de esos discos que figurarán en las antologías del género: “Madvillainy”, de Madvillain (Stones Throw). En realidad, la revolución de MF Doom and Madlib, (MC y productor) fue simple: remover el exceso de grasa y sacarina que venía acumulando el hip-hop al menos desde Dr. Dre y regresar a lo fundamental sin resultar nostálgicos, sino sorprendentemente actuales.

Por lo pronto, aquí no hay coros femeninos, melodías poppies, ni una retahíla absurda de “invitados”, sino dos elementos básicos: los beats de Madlib y la voz de Doom. Todo lo demás ocupa el lugar que debe, el de sostén. El adorno, mínimo, funciona siempre como acentuación.

Este disco, además, fue uno de los más esperados por la comunidad del hip-hop underground. Resulta que unas maquetas de este proyecto se colaron hace unos dos años en Internet, no se sabe muy bien como, aunque parece que durante un viaje de Madlib a Florida. Los temas, apenas esbozos de lo que debía ser la producción, eran ya tan intensos, sus grooves tan efectivos y las rimas tan fluidas que generaron una expectación explosiva. Tanto, que los protagonistas decidieron dejar descansar el proyecto hasta que se hubieran apagado un poco los ecos.

Lo directo, desnudo y económico del disco se demuestra en que 22 piezas ocupan apenas 46 minutos. Alguna llega a 56 segundos y gracias. Lo esencial esta dicho, no hay porque marear la perdiz. Debo confesar que no me he parado a desentrañar las rimas, pero no hace falta entenderlo todo para captar su intensidad. En eso los españoles tenemos práctica.

La peripecia de Madvillain puede aplicarse a cualquier estilo, cualquier dirección. Hemos llegado a un momento donde casi toda la música padece de un manierismo agudo. A base de tanto hacer cosas a la “manera de”, quienes emulan tienden más a la sofisticación de lo legado que en profundizar su razón de ser.

Pero incluso en géneros tan antiguos como el blues, pueden surgir un Jon Spencer o unos White Stripes. O en pop algo tan descarnado como los Kills, tan descarado como Chicks On Speed, tan dramático como Kevin Blechdom. Por no hablar del country hiperminimalista de Young People o el meta-heavy de Pelican. Es curioso que todos estos grupos sean inmediatamente reconocibles. Será porque renunciar a la ganga ayuda a expresar lo más propio.



2 comments:

Gurb said...

holoas caballero will e, que sepas que lo de hoy si que me ha tocado, me he puesto a bajar ese disco, tengo ganas de escuchar hip hop que no sea el normal, yo de snap y r.kelly no conseguia pasar, el caballero eminem me satura y tal...
un abrazo, ya te contare.
gurb

Gurb said...

me estoy bajando eso, a ver que tal es...no se, te habia posteado un comentario parecido antes, pero mi ordenador y yo no nos llevamos muy bien ultimamente, jejeje, asi que igual te encuentras dos comentarios diciendo que basta ya de eminem y tal, que gente que lo hace mejor hay a millones, lease R.Kelly y demas...lo mejor de eminem es una version poco conocida de "eye of the tiger", la famosa BSO de la peli de Rocky, cantada a pachas con shaggy, creo.