15.7.09

Beastie Boys de Luxe



Paul's Boutique (1989) Ill Communication (1994)
En el curso de unos meses se han reeditado dos discazos de los Beastie Boys. El de su consagración crítica, Paul’s Boutique y el de su establecimiento como unos grandes históricos, Ill Communication. En realidad no hay mucho que decir sobre ambos discos que no aparezca en miles de páginas, así que vamos a otra cosa. Se trata de una sensación que tuve desde License To Ill y que se vio confirmada bastantes años más tarde (primeros de los 2000), cuando pude verles en Londres.

La idea es sencilla, quizás no muy original y consiste en considerar a los Beasties como un grupo ampliamente pop en vez de contemplarlos solo como unos reyes del hip-hop. Es sabido que empezaron como punkarras, pero a diferencia de algunos colegas que se pasaron con armas y bagajes al naciente género, los Beastie adoptaron el hip-hop como un lenguaje utilizable, no como una religión. En disco, especialmente en estos dos, la dominancia del hip-hop, existe, pero nunca es exclusiva y encima muchas veces el rap circula sobre bases pop-rock o más allá. ¡En Ill Communication tenemos incluso una pieza tibetana (Shambala)!

A lo que voy es que reducir a los Beasties al terreno del hip-hop resulta demasiado inexacto y les priva de análisis más amplios fuera de esa perspectiva. O mejor dicho, les privaría: lo que han conseguido es tan obviamente complejo, intencionado y triunfal como para lograr que universidades o revistas sesudas se hayan aplicado a fondo en análisis semánticos, musicológicos o sociológicos sobre las peripecias de estos tres judíos neoyorquinos de clase media. Pero la idea del hip-hop sigue siendo dominante.

Lo que en otros grupos del género son robos camuflados como homenaje de conveniencia, en los Beasties suena a cita de toda la vida, de la era pre-sample. Si cae un guitarreo hardcore, hay todas las posibilidades de que lo hayan tocado ellos, lo mismo con unos teclados soul, con un bajo funky o unas voces punk.

En directo resulta todavía más evidente. Esa vez que les vi, el escenario, redondo, estaba en medio del polideportivo (Wembley) y los Beasties se movían por el unas veces largando por los micrófonos, otras instrumentos en mano. Y es que la vibración era radicalmente a la que surge de unos Public Enemy, unos Wu Tang Clan o incluso unos Company Flow. La entrega no lo es solo de palabras con unos cuantos beats mejor o peor emplazados por un DJ (en su caso Mixmaster Mike) y se parece bastante más a un concierto pop. Un concierto pop algo oblicuo, sin duda, pero pop al fin y al cabo. El hecho de que hubiera de buscarse con lupa algún negro entre el público quizás también indique algo.

En todo caso, estas reediciones recuerdan a quien lo haya olvidado o no lo haya conocido que estos elementos, tan inteligentes como para retener los derechos de todos sus trabajos (¡en el mundo del rap!) son unos fuera de serie y han ido dejando verdaderas joyas. Desde el Nº 1 pero con tranquilidad, sin alardear más que de espíritu aventurado. E incluso ni de eso hacen gala, lo sueltan como si no fuera importante. Pero es grande.
PS. En ambos casos las ediciones son De Luxe con remezclas y piezas añadidas que en algunos casos tienen mucho sentido y en otros algo menos.

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