Malicia Cool
Amor

A veces te envían un disco y no sabes como meterle mano. Es lo que me ha sucedido con el de Malicia y su gente, que me mandaron su maqueta y estas son las horas. Ya va teniendo delito la cosa. Pero a todo hay que ponerse. A ver, el disco en cuestión me parece veinte veces más entretenido y más intencionado que mucho de lo que escuchaba a Ordovás y que ahora, con los cambios, he dejado de escuchar. Para ser una grabación independiente suena bien, los músicos saben lo que se hacen y la producción en si esta llena de pequeñas sorpresas que se agradecen un montón. Es un disco pop por derecho, pero realizado por gente que no es ingenua de ningún modo y ha logrado regresar de muchas cosas. No me extraña en lo absoluto que vaya recogiendo alabanzas y que compañeros como Diego Manrique se hayan decidido a programarlo. Conmigo sucede lo que comentaba al principio, que no se como meterle mano o, por decirlo de otra manera, no acaba de entrarme. En gran medida este es mi problema: mi actual repertorio de criterios no incluye cosas de este tipo. En cierta medida porque suelo escuchar música preocupándome también del contexto y aquí el contexto falta. Amor llega como caído del cielo después de que sus componentes hubieran realizado un viaje espacial en el cual han aprendido mucho pero han/hemos sufrido una especie de derrape temporal. Es como si para el disco hubieran pasado unos pocos años mientras aquí, en la tierra, han pasado decenios. Einstein escribió sobre esto. Pero insisto, toda actitud crítica tiene tanto que ver con la obra que con la perspectiva desde la que se contempla. Como fuere, aunque Amor caiga fuera de mis coordenadas actuales (vaya usted a saber donde estaremos mañana) no me cabe la menor duda sobre que encontrará bastante gente que sabrá apreciarlo. Es honesto, esta bien hecho, tiene coña y rezuma entusiasmo. Hay quien se lleva premios sin ofrecer nada de eso y yo mismo bendigo la época en que es posible escuchar estas cosas. Aunque no sepas como meterle mano.