
Plunderphonics (L)
¿Alguien ha oido hablar de Plunderphonics? Excelente. Asi no habrá mas que recordar como la palabra significa en español “Sonidos Saqueados”. No, no me refiero a los habituales trepadores de las listas de éxitos, sino a John Oswald. “John”, no “Lee Harvey”, este último asesinó a un presidente norteamericano hace cuarenta años y no se dedicaba a la música.
John Oswald es una leyenda desde hace mucho tiempo, pero lo peculiar de su trabajo hace relativamente complicado conseguir sus obras. No se por qué senderos del azar, cuando venía de comprar el último de Prince (bueno, aunque sigue teniendo la cabeza fatal), pasé junto a un estante destinado a empaquetados de lujo y allí, esperándome, había un ejemplar de “Plunderphonics”, el doble CD que contiene muchos de los mejores trabajos realizados por Oswald entre 1977 y 1996.
En realidad, este disco, publicado originalmente por “Fony Records”, no estaba destinado a ver la luz. Un problema de Oswald es que legalmente puede seguir haciendo su música, pero no tiene derecho a distribuirla. Por ello entró en acción “Seeland”, la cual “tomó prestado” el material y lo lanzó el pasado año a una muy improbable y casi piratesca distribución mundial.
¿A que viene todo esto? ¿Por qué la música de John Oswald sufre estas peripecias? Es muy sencillo: Oswald utiliza en sus composiciones exclusivamente material proveniente de la música pop. No es que use “samples”, es que cada una de sus canciones consiste en la recreación de tal o cual éxito famoso a base de cortar, pegar, repetir o aplicar efectos al material orginal. Es decir, a destripar la antigua forma, extraer sus secuencias vitales y reordenarlas de otra forma, una de las muchas posibles y que jóvenes inquietos como lo era (y sigue siendo, aunque no tan joven) John Oswald han imaginado alguna vez mientras escuchaban un disco. Bueno o malo.
No quisiera dar la impresión de que “plunderphonics” es una broma. No hay duda de que tanto el autor como el oyente se divierten al escuchar las infinitas repeticiones de Michael Jackson en “Dab” o tratar de adivinar quien se esconde tras acrónimos como “Deep Zen Pill”, “Sir John Moron”, “Buck Cherry” o “News Orb Jam”, pero esto es ante todo una obra de amor.
El primero de los CD’s comienza con uno de los más famosos finales de la historia del pop, el último y gran acorde del “Srgt. Pepper’s” de los Beatles. Es todo un manifiesto de que, aunque las cosas estén bien como se imaginaron, no existe razón alguna para que no podamos dotarlas de un nuevo sentido, podamos jugar o hacer poesía con ellas, elegir aquella melodía, aquel sonido o aquel ritmo que nos fascina y hacer con ellos algo nuevo, como una piedra engastada en una joya diferente.
Tampoco es un trabajo simple. En “O’hell” hay recortes de trece canciones de los Doors y en general todos los procesos son minuciosos y muy pensados. No, esto no es un pasatiempos de maniático, sino otra forma de enfocar la creatividad. Es lástima que a las discográficas no les haga ninguna gracia. Otros día hablaremos de Negativland.
Comments
A pesar de las conclusiones del Informe Warren, no se ha demostrado de forma fehaciente la autoría del marine Lee Harvey Oswald.
Lo que sí que quedó claro fue que Jack Ruby segó la vida de Oswald el 24 de Noviembre de 1963, en lo que constituyó el primer asesinato en directo en la historia de la TV.
La Historia, Oswald
La Hicieron Otros
no voy a ser tan explicito como el anonimo, pero te dire que me pienso bajar ese CD, ya q2ue no tengo tiempo de buscar en estanterias de articulos de lujo, jejeje, pero solo por eso, la historia me ha dado ganas de pagar derechos de autor y tal.
Pues mira tu por donde, yo tambien me voy a bajar ese disco, has conseguido despertar mi curiosidad.