Modifico el post. lo primero es lo último
A primera hora de esta tarde se ha conocido que Santiago Sierra ha rechazado el Premio Nacional que se le ototgó ayer. De la misma manera que no opinaba sobre si debía aceptarlo, no lo hago sobre si está bien rechazarlo. Pero creo que sus razones son dignas de leerse.
Estimada señora González-Sinde,
Agradezco mucho a los profesionales del arte que me recordasen y evaluasen en el modo en que lo han hecho. No obstante, y según mi opinión, los premios se conceden a quien ha realizado un servicio, como por ejemplo a un empleado del mes.
Es mi deseo manifestar en este momento que el arte me ha otorgado una libertad a la que no estoy dispuesto a renunciar. Consecuentemente, mi sentido común me obliga a rechazar este premio. Este premio instrumentaliza en beneficio del estado el prestigio del premiado. Un estado que pide a gritos legitimación ante un desacato sobre el mandato de trabajar por el bien común sin importar qué partido ocupe el puesto. Un estado que participa en guerras dementes alineado con un imperio criminal. Un estado que dona alegremente el dinero común a la banca. Un estado empeñado en el desmontaje del estado de bienestar en beneficio de una minoría internacional y local.
El estado no somos todos. El estado son ustedes y sus amigos. Por lo tanto, no me cuenten entre ellos, pues yo soy un artista serio. No señores, No, Global Tour.
¡Salud y libertad!
Santiago Sierra
En fin, el Nacional para Santiago Sierra.
No voy a hablar de merecimiento, porque yo mismo tengo un premio nacional de esos y no sé yo si me lo merecía con apenas 30 años y menos de 6 de profesión como crítico. Pero así de peculiares son estas cosas.
Pienso, no obstante, que el Premio Nacional parece haber olvidado que hay gente pintando, esculpìendo, haciendo videos, fotografiando... Y los últimos premios han sido Antoni Muntadas, Perejaume (pintor, digamos), Isidoro Valcárcel Medina, Esthe Ferrer y Nacho Criado. Que yo sea uno de los que abogan casi con pasión por lo conceptual y prácticas basadas en nuevas tecnologías, no me impide entender que no son las "únicas". Esto por un lado.
Respecto al mismo Sierra, a quien sigo más o menos desde El Ojo Atómico, toda su carrera está basada en la contradicción. Como decía alguien "Cuando veo arte politico, veo a gente rica hablando de arte y nunca de política". Sierra es muy consciente de ello. Y debe navegar entre lo que supone crear un caos urbano en Mexico DF y que una foto de esa acción cueste unos 50.000 €. Lo mismo con la Bienal, lo mismo con este Premio Nacional.
Hace unos ocho años le comenté que sus fotos acabarían colgadas sobre el tresillo de una casa burguesa. Y creo que aún tengo grabada su risa y cómo no creía que eso fuera posible. Lo es.
Aparte de esto, felicidades.
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